¿Cómo se ha desarrollado la seguridad en la Arquitectura? ¿Qué es la seguridad en la Arquitectura Moderna? Espacio público y privado
¿Cómo se ha desarrollado la seguridad en la Arquitectura?
La creación de espacios “seguros” y su relación con la arquitectura se viene explorando desde siglos atrás. Entre estas exploraciones y aproximaciones -en materia específica de seguridad y vigilancia-, podemos mencionar a Jeremy Bentham, filósofo inglés que en el siglo XVIII, propuso una especie de edificación que su fin era poder erradicar el mal comportamiento de las personas que interactuaran dentro del complejo.
El concepto que proponía Bentham, se basaba en una construcción panóptica, cuyo diseño hace que se pueda observar la totalidad de la superficie interior desde un único punto. Este tipo de estructuras, por lo tanto, facilita el control de quienes se hallan dentro del edificio, en sus inicios pensado concretamente para prisiones y que luego filósofo francés Michel Foucault, extendió este concepto panóptico a instalaciones, cárceles, industrias y hasta escuelas.
Con base en este concepto y tipo específico de construcción, no sólo empleaban la estructura circular con esta torre central de observación a su favor, sino que utilizaban la luz para iguales fines, ya que los ocupantes de esos edificios sabrían que una autoridad centralizada los observaba, sin tener la certeza del momento exacto, es visto pero él no ve; objeto de una información, jamás sujeto en una comunicación.
El panóptico ha sido debatido desde entonces, y los críticos lo han calificado como una unión cruel entre la ingeniería social y la arquitectura, que en su símil tecnológico es la era de la televisión de circuito cerrado y el constante monitoreo público.
Sin embargo la seguridad no es un aspecto en pausa, por el contrario, la sociedad sigue debatiendo el papel que debe jugar la arquitectura en lo que a seguridad respecta.
¿Qué es la seguridad en la Arquitectura Moderna? Espacio público y privado
La arquitectura defensiva es reveladora en varios niveles, porque no es producto de la casualidad o la irreflexión, sino de un proceso de pensamiento. La arquitectura de nuestras ciudades es una poderosa guía de comportamiento, tanto directamente como en su simbolismo.
En este sentido vamos desde el aspecto urbano hasta la residencia privada. Existen diversos ejemplos de los beneficios de crear ciudades más seguras, que sin ser la solución absoluta al problema, mejora la calidad de vida de sus habitantes.
Seguridad en el espacio urbano
Cuando se abandonan los espacios públicos, estos ya no son percibidos como útiles o propios y no se invierten recursos en su mejora, se da curso al deterioro, que a su vez fomentan la criminalidad y la inseguridad. Algunas ciudades han salido de sus espirales de deterioro conjugando la planificación proactiva con alta calidad en el diseño del espacio público para que este sea utilizado por los ciudadanos a cualquier hora.
El diseño urbano ha brindando una respuesta a los espacios públicos deteriorados o abandonados, que no solo evidencia que ciertos elementos del diseño como la distribución e iluminación es imprescindible, sino lo pertinente de considerar a los participantes y generar espacios para el encuentro.
Existen elementos que son imprescindibles a tener en cuenta para el diseño de los espacios públicos:
Elementos naturales (sistema orográfico, adecuado manejo del terreno natural y su topografía)
Elementos artificiales o construidos (diseño acorde a las actividades y usos de las áreas de circulación, espacios de articulación, espacios de conservación)
Elementos complementarios (diseño de las áreas y espacios verdes, mobiliario urbano, señalización, iluminación)
Investigaciones demuestran que un equilibrio entre diseño urbano, comunidad y espacio público son complementos ideales para la implementación de una política de seguridad consistente, por ejemplo: manzanas que mezclen comercios y departamentos en un mismo edificio, conformando calles y barrios animados y heterogéneos que incluyen diferentes actividades; desde educativas, culturales, e institucionales, hasta comerciales, turísticas y productivas ambientalmente compatibles.
Existe una necesidad de fortalecer las políticas públicas sobre el diseño urbano, para transformar las ciudades en espacios globalmente más seguros.
Seguridad en el espacio privado
La posible hostilidad de la ciudad encierra a su habitante en la casa y en otros espacios obligados, como los de trabajo, educación, consumo (socialización).
Pero con la creciente inseguridad que se respira en muchos países y ciudades sobre todo en Latinoamérica, -centrando nuestro foco de atención en Guayaquil-, provoca que se aumente la barrera que separa la casa del mundo exterior. Existen disímiles ejemplos de elementos empleados en las casas como medidas de seguridad en cuanto a diseño arquitectónico se trata.
Analicemos como primer ejemplo y en escala urbana, las urbanizaciones cerradas, en principio, son consideradas como un área residencial cerrada en donde está restringido el acceso vehicular o peatonal, el uso de calles, plazas y parques dentro del perímetro de la urbanización. Estos espacios sólo pueden ser usados por los residentes, manteniendo a las personas no deseadas fuera del perímetro del conjunto residencial.
Los complejos de este tipo se apoyan en una baja concentración de población para la vivienda residencial, y se localizan usualmente fuera del centro urbano y presentan, además, bardas perimetrales, guardias de seguridad (portador de armas en algunos casos), que no solo delimitan el espacio, sino que también son asociadas a la seguridad y tranquilidad que proporcionan a sus residentes.
Pero no siempre es necesario-por no decir alejado de un diseño coherente- el uso de grandes muros perimetrales de hormigón de 2 metros o más de altura, que encierran a sus habitantes y lo separan del mundo exterior, no solo pasa esto con los residentes sino con la buena arquitectura de las residencias. Una aparente apertura de sus espacios pero solo hacia el interior.
Analicemos el ejemplo a escala arquitectónica, la casa búnker, sólida, hermética, casi impenetrable, -sin llegar al punto de que pueda estar bien o mal-, sino más bien analizando los elementos del diseño.
En esta tendencia se emplean grandes paredes de hormigón de grosores considerables, sin apenas vanos que permitan la visualización exterior, es un aislamiento del mundo exterior e incluso de los espacios ajardinados que pueda tener la casa dentro de su área privada, un cierre total opuesto a la creación de espacios abiertos que conectan con áreas internas-sociales de la residencia y que contrario a lo que muchos pensarían, no son inseguros.
Existen elementos que pueden brindar seguridad y que bien conjugados pueden incluir el concepto de un espacio abierto y seguro a la vez, sin necesidad de emplear grandes rejas con terminados de alambrado eléctrico, muros interminables de hormigón que cierran la visual de la buena arquitectura y lo aíslan de una manera hermética del mundo exterior.
Lograr un equilibrio entre espacios cerrados y abiertos, el empleo de la orografía en pos del diseño exterior para que este respalde la seguridad, la oportuna incorporación de los medios tecnológicos de seguridad en etapas tempranas del diseño, son algunas de las premisas que garantizan un buen proyecto, con todas las capas de seguridad que puede desear y sean necesarias por el cliente.
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Referencias bibliográficas
- Bentham, Jeremy (1995). The Panopticon Writings.
- Castillero, Oscar (2017). La teoría del panóptico de Michel Foucault.
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